10 de marzo de 2016

La historia de un panadero



Eugui. 1950
En Casa Baltasar la jornada comienza muy temprano. Javier Marticorena tiene que madrugar mucho para preparar el pan. Pacientemente va elaborando la masa que luego introduce en el horno. Un horno de piedra que él recuerda desde niño y que se encuentra en la casa por lo menos desde 1910. Es un trabajo duro porque habitualmente se producen cortes de luz y entonces hay que amasar a mano. Cuando termina, Javier Marticorena, coge su bicicleta y reparte el pan por el pueblo.

Eugui 1970
Hace apenas dos años que han comenzado las obras del embalse que abastecerá de agua a Pamplona y a sus alrededores. Eugui está cambiando mucho. A la vez que las obras del embalse se está haciendo la variante que va hasta Zubiri, la red de saneamiento urbano del pueblo, y el cercado de todo el perímetro del embalse.


Bajo las aguas del pantano quedan anegadas la casa forestal, el horno, la panadería de Baltasar, y el molino con su presa, entre otras construcciones. En ese momento Javier Marticorena debe decidir si seguir en el pueblo, con un futuro más que incierto, o buscar ese futuro en otra parte.


Huarte 
Decide lo segundo y junto con su familia se traslada a Huarte, un pueblo que se encuentra a apenas 20 kilómetros pero mucho más cerca de Pamplona. Además es es un pueblo más grande y con muchos más servicios. A las afueras de la localidad abre la panadería Miravalles en la que, durante muchos años, continuó haciendo pan. Su hijo Fermín cogió el relevo hace ya veintiseis años y hace más o menos quince, decidió cambiarle el nombre al de El Panadero de Eugui en homenaje a su padre, Javier, que había muerto en 1995 después de toda una vida de trabajo, ilusión y esfuerzo.


En la actualidad, elaboran diariamente dos tipos de masas: las masas de pan común y las masas hidratadas.


Según explican ellos mismos en su web, las masas comunes se elaboran meidante un proceso artesanal y el resultado son panes compactos y de miga prieta. Son los panes comunes  que conocemos: taja, barra, cabezón, torta, baguette, etc...


Las masas hidratadas, en cambio, se caracterizan por su alto contenido en líquido. Tras el amasado no se dividen en piezas sino que permanecen en cubetas para su prefermentación durante horas, así se potencia el sabor a pan y se obtiene una textura más suave.

Pero, "no sólo de pan vive el hombre" y eso lo saben bien en El Panadero de Eugui que ofrece además una cuidada repostería elaborada con materia prima de primera calidad: bollos, pastas de té, pasteles, chocolates variados, bombones, trufas, hojaldres, etc.



El pasado 15 de febrero, recibieron el diploma que les acredita como empresa artesanal agroalimentaria y unirse así a las otras 91 empresas que en la Comunidad Foral cuentan con este distintivo que les permite incluir en su etiquetado el distintivo de “Alimentos Artesanos de Navarra”.

Desde hace unas semanas, además, estamos muy orgullosos de decir que el Panadero de Eugui es una de las marcas incluidas en Reyno Gourmet.

3 comentarios:

Caminar sin gluten dijo...

Sabéis que en casa no entra pan de trigo, cebada, centeno y avena. Pero valoramos el trabajo de los artesanos, de esos panaderos de toda la vida. Y esta historia nos ha gustado mucho, ya que refleja la traducción y el trabajo bien hecho.

Saludos

Ana y Víctor

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