Quien más quien menos ya los habrá probado en algún momento en Navarra, por el resto de España, por Francia o por Inglaterra... Los caramelos El Caserío de Tafalla se funden en la boca porque son naturales, de los de toda la vida. Los de piñones son los más conocidos sin duda pero su gama de productos es variada y rica rica...
Se precian, y damos fé de ello, de que eligen las materias primas más exquisitas para todos los productos y lo cierto es que es un sabor inconfundible (la leche de la vaquería de Tafalla, azúcar y café...). No en vano, el proceso de elaboración es el mismo que hace más de 50 años cuando el tafallés Jesús Ramírez decidió sumar aquel puñadito de piñones a la mezcla tradicional del caramelo.
Hoy elaboran aproximadamente unos 400.000 caramelos envueltos, empaquetados y enviados a su destino de manera inmediata al día. Esto nos da idea del volumen de fabricación, volumen que se puede conocer de primera mano e “in situ” porque abren sus puertas a todo aquel que quiera visitarles, ya sean colegios o particulares, grupos, empresas, etc.
La historia de Jesús Ramírez es digna de película y se cuenta estupendamente bien en El Caserío.. Todo en esta empresa es transparente porque al margen de lo que cuentan, tienen videos en los que se explica el proceso, la fábrica,etc.
El consumidor tiene la información en un solo click y no sólo eso sino que además te puedes descargar el cuento de Sebastián “Abuela, cuéntanos otra vez la historia de cuando el abuelo Sebastián descubrió una fórmula secreta para hacer el caramelo más bueno del mundo...”. Aprender jugando, leer con tus hijos/sobrinos, etc. y con un caramelo en la boca, no tiene precio.
Y estamos encantados de que una empresa de su envergadura y proyección se sume a nuestra marca. ¡Bienvenidos, el protagonista hoy, Caramelos El Caserío de Tafalla¡
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