En Pamplona celebramos la escalera. Y conforme vas ascendiendo peldaños, más entidad tiene la cena que organizas en su honor. Hoy precisamente es el último peldaño antes de llegar a la cumbre. "Uno de enero, dos de febrero, tres de marzo, cuatro de abril, cinco de mayo, seis de junio..." El siguiente paso es la apoteosis.
Para celebrar con vosotros la cercanía de las Mejores Fiestas del Mundo, os quiero enseñar una fotografía que me ha hecho llegar una artista y que ha unido magníficamente San Fermín y gastronomía.
En su recreación no podían faltar dos productos emblemáticos de nuestra tierra: el Espárrago de Navarra, blanco y terso como crece en la Ribera del Ebro (estamos en los últimos días de la temporada, ¡aprovechad!) y el Piquillo de Lodosa (en los pañuelos y las fajas de los corredores), que se caracteriza, ante todo, porque en su elaboración no toca el agua.
Para los toros la artista hechó mano de la magnífica morcilla de Alimentos Artesanos de Navarra (ésta en concreto es de Cárnicas Arrieta). Las patas de los toros están hechas con palitos de chocolate, los cuernos con anacardos y las maderas del vallado con distintos tipos de panecillos apoyados sobre quesito para que se mantengan de pie.
Lo dicho, ya falta menos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario